El papa Francisco autoriza la beatificación de Juana de la Cruz sin milagros

El papa Francisco dio luz verde a la beatificación de Juana de la Cruz, una monja franciscana española del siglo XVI, mediante el proceso de beatificación equipolente, que permite esta designación sin la necesidad de un milagro comprobado. Juana, nacida en 1481 en Numancia de la Sagra (actual Toledo) y fallecida en 1534 en Cubas de la Sagra, era conocida por su profunda espiritualidad y liderazgo como abadesa en el convento de Nuestra Señora de la Cruz. Su culto, ampliamente extendido tras su muerte, se había visto limitado por las reglas establecidas tras el Concilio de Trento.

El reconocimiento del pontífice se basa en la fama de santidad que Juana mantuvo durante siglos, pese a las restricciones de la época. Como abadesa, fue una figura destacada por sus escritos, especialmente su obra Conhorte del alma, que incluye setenta y dos sermones destinados a la edificación espiritual. Además, su vida estuvo marcada por una profunda entrega religiosa que la llevó a huir del matrimonio y refugiarse en el Monasterio de Santa María de la Cruz. La decisión papal subraya el impacto de su legado en la comunidad cristiana.